Osiris: El rey que venció a la muerte
Osiris: El rey que venció a la muerte
[Mitología Egipcia • Osiris]
Osiris: El rey que venció a la muerte
Antes de que las leyes fueran grabadas en las paredes de los templos, y antes de que la humanidad aprendiera el significado de la justicia y el orden, existió un rey egipcio que llevaba la luz en su corazón… Un rey que no fue derrotado por la traición ni detenido por la oscuridad. Él era Osiris, el rey divino que venció a la muerte y se convirtió en símbolo de renacimiento eterno.
Osiris gobernaba con justicia, sembrando bondad dondequiera que pisaba y enseñando a los humanos la agricultura, el orden y el respeto por la vida. A su lado estaba su esposa fiel, Isis, quien veía en él más que un monarca… lo veía como el equilibrio del universo, la columna que jamás podía quebrarse.
Pero donde existe la luz, también se mueven las sombras. Seth, dios de la tormenta y el caos, ardía de envidia por el amor que el pueblo tenía hacia su hermano. Así, tramó una traición inolvidable.
Durante una gran celebración, Seth presentó un cofre magnífico y anunció: “Aquel que encaje perfectamente en este cofre… será su dueño.” Cuando Osiris se recostó dentro, Seth cerró la tapa, la selló con hierro y plomo, y arrojó el cofre al Nilo, haciendo desaparecer al rey justo en las profundidades del agua. Seth creyó que la historia había terminado… pero aquel final fue solo el comienzo de la leyenda.
Isis recorrió desiertos y ríos buscando el cuerpo de su esposo, hasta encontrarlo oculto dentro del tronco de un árbol imponente. Pero Seth volvió a atacar: destrozó el cuerpo en catorce partes y las dispersó por todo Egipto. Fue la prueba definitiva del amor… y Isis la superó. Parte por parte, reconstruyó el cuerpo de Osiris, llorando el primer duelo de la historia y tejiendo con su magia el primer ritual de resurrección.
Le devolvió el aliento por un solo instante… un instante suficiente para concebir a Horus, el heredero de la luz y la justicia.
Mientras Horus crecía y luchaba contra Seth por el trono de Egipto, Osiris ya no regresó al mundo de los vivos. En cambio, se convirtió en señor del Más Allá, juez de las almas y rey silencioso del reino eterno. El dios que enseñó a los humanos que la muerte no es un final… sino una puerta.
Para los antiguos egipcios, Osiris no era solo un mito; era una promesa eterna: Que el bien puede caer… pero siempre se levanta. Que la luz puede extinguirse… pero vuelve a nacer. Y que la muerte… puede ser vencida.
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